No es un secreto que la procedencia del jamón es el cerdo, pero todavía hay varias cosas que se nos escapan del conocimiento. Y es que, ¡hay curiosidades del jamón que no sabíamos! Varios expertos hallaron en la ciudad de Tarragona, un jamón fosilizado, por lo que catalogan que este producto tiene una antigüedad de más de 2.000 años.
¿No te parece curioso? Continúa leyendo y no te pierdas estas cinco curiosidades del jamón ibérico que, ¡te sorprenderán!
1. Las vetas del jamón y los puntos blancos
Si algunas vez has pensado que esos puntos blancos que presentan las lonchas del jamón son debido a que está en mal estado, no puedes estar más equivocado. Estas marcas son conocidas como cristales de tirosina, procedentes de las proteínas del propio jamón. Simbolizan el proceso de su curación, demostrando que se está ante una pieza de calidad.
2. No es lo mismo un jamón que una paletilla
Todavía quedan dudas sobre este punto. No, no son lo mismo. Mientras que la paletilla es la pata delantera del cerdo, el jamón es la pata trasera. Otro de los puntos importantes en su diferencia, es el tiempo de curación.
3. La corteza del jamón, el mejor método de conservar la pieza
En cuántas cocinas habrás visto la típica pieza de jamón cubierta por un paño, usándolo como herramienta para conservarlo. En Casa Verita te proponemos una forma más ideal de conservar tu pieza: tapar el jamón con su misma corteza, así evitaremos la oxidación. Pero, ¡cuidado! Puedes darle un toque rancio a tu pieza si lo dejas mucho tiempo así.
4. ¿Por qué colgamos los jamones?
Hay muchos historiadores que lo atribuyen a factores históricos y culturales, pero la explicación es más lógica y sencilla: las piezas se cuelgan para eliminar la humedad, grasa sobrante y favorecer su ventilación.
5. Cortar y directamente degustar, la mejor forma de consumir el jamón.
La mejor forma de disfrutar de una pieza de jamón es cortar una loncha y llevársela a la boca. Este momento podemos completarlo con un buen maridaje, pero ¿cuál? No, no siempre debe acompañarse con vino tinto, ya que es mejor para esta degustación una buena copa de vino blanco. Este tiene un sabor más dulce, potenciando los matices de nuestra pieza de jamón.
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