El jamón ibérico es un producto que merece ser disfrutado en todo su esplendor. Sin embargo, hay pequeños errores que pueden arruinar la experiencia sin que nos demos cuenta. En Casa Verita, queremos ayudarte a sacar el máximo partido a cada loncha. 

Estos son algunos fallos habituales al servir jamón ibérico y cómo evitarlos para que siempre esté a la altura.

1. Cortar sin tener en cuenta la temperatura

Uno de los errores más frecuentes es servir el jamón recién sacado del frigorífico o en un ambiente demasiado frío. El jamón ibérico necesita temperatura para desplegar todo su aroma y sabor. Si está demasiado frío, su grasa se endurece y pierde gran parte de su carácter.

¿La solución? Saca el jamón loncheado unos 15-20 minutos antes de consumirlo. Si es una pieza entera, procura que esté en un lugar fresco pero nunca helado. La temperatura ambiente es su mejor aliada.

2. Apilar las lonchas sin orden

Colocar las lonchas una sobre otra como si fueran fichas de dominó es otro error común. Esto impide que respiren, que se oxigenen correctamente y que puedas apreciar sus matices al comerlas.

¿Cómo evitarlo? Sirve las lonchas ligeramente solapadas o extendidas en abanico. Deja que cada una tenga su espacio y puedas verla antes de probarla. El jamón entra primero por los ojos.

3. Cortar demasiado grueso (o demasiado fino)

La forma en la que se corta el jamón tiene un impacto directo en cómo se percibe su sabor y textura. Si el corte es demasiado grueso, puede resultar duro o difícil de masticar. Si es excesivamente fino, pierde consistencia.

Consejo profesional: El grosor ideal es el que permite que la loncha se deshaga suavemente en boca, con un corte uniforme y una textura sedosa. Por eso en Casa Verita apostamos siempre por el corte a cuchillo: porque cada loncha cuenta.

4. Servir sin prestar atención al orden del corte

Muchas veces se sirve jamón sin seguir el orden natural de curación de la pieza. Esto puede provocar que una parte esté en su punto óptimo y otra no, o incluso que se reseque innecesariamente.

Lo ideal: Si empiezas por la maza (la parte más jugosa), avanza en el corte de forma progresiva y no cambies de zona sin necesidad. Así aprovechas la pieza de forma uniforme y garantizas el mejor sabor en cada fase.